La vacunación contra el COVID-19 ayuda a proteger a las personas de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Algunas personas tienen efectos secundarios después de vacunarse, los cuales son signos normales de que su organismo está generando protección. Estos efectos secundarios podrían afectar su capacidad para realizar las actividades diarias, pero deberían desaparecer en unos días. Algunas personas no tienen ningún efecto secundario y las reacciones alérgicas son poco frecuentes.

Las reacciones adversas que podrían causar problemas de salud a largo plazo son muy poco frecuentes después de cualquier vacuna, incluida la vacuna contra el COVID-19. Si ocurren reacciones adversas, suelen presentarse dentro de las seis semanas de haber recibido una dosis de la vacuna. Por este motivo, durante los ensayos clínicos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) recopiló datos sobre cada una de las vacunas autorizadas contra el COVID-19 durante dos meses como mínimo (ocho semanas) luego de la dosis final. Los CDC, la FDA y otras agencias federales continúan monitoreando la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 incluso ahora que las vacunas ya están en uso.

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